lunes, 23 de noviembre de 2015

La procesión de Santa Catalina de Alejandría cierra el periplo de glorias

Pasadas las doce del mediodía se abrían las puertas de la Parroquia de Santa Catalina para dejar paso al cortejo que acompañaba a la copatrona conileña en su salida procesional.

Tras la cruz parroquial, figuraba un cortejo de niños portando palmas, como símbolo del martirio de la santa, las representaciones de las distintas hermandades y cofradías de la localidad, una representación de la corporación de Santa Catalina de la localidad onubense de El Granado, hermanada con su homónima de Conil, el guión corporativo y libro de reglas escoltados por miembros de junta, presidencia, y cuerpo de acólitos, los cuales iban precediendo el paso de la titular.

El paso, iluminado por cuatro candelabros guardabrisas cedidos por la
Hermandad del Nazareno, se levantaba en el interior del templo con la primera llamada por parte de su capataz. Tras el himno nacional, interpretado por la Asociación Cultural Musical "San José Artesano" de San Fernando, sonaron los compases de las marchas "Angustia y Esperanza" de Manuel Serrano y "Como Tú, Ninguna" de David Hurtado, las cuales acompañaron los primeros andares de la cuadrilla de cargadores. 

Entre las novedades de la jornada destacaron el cambio de itinerario, a la inversa del año anterior y transitando por la calle Enólogos en sustitución de la calle Vendimiadores, así como la repartición, por parte de los niños integrantes del cortejo, de las tradicionales galletas de Santa Catalina. Curiosa fue también la estampa que nos dejó el paso del cortejo por las calles bajo el alumbrado navideño instalado por al ayuntamiento. 

Entre los estrenos que salían a la calle se encontraba un rosario de encaje de bolillos donado por Rosalía Periñán, el cual iba colocado en la rueda dentada que acompaña a la santa. A destacar de igual modo, el exorno floral del paso, compuesto por varios centros y piñas, fue confeccionado por la floristería "Malayerba" de San Fernando.

El frío fue la nota predominante de la mañana, aunque a pesar de ello, el cortejo se vió arropado a lo largo de todo el recorrido. La copatrona conileña regresaba a su templo pasadas las dos y media de la tarde, concluyendo de esta manera su anual salida procesional, y poniendo el broche de oro al periplo de glorias de nuestra localidad.