jueves, 15 de noviembre de 2012

Carta del obispo Rafael Zornoza con motivo del Día de la Iglesia Diocesana.

Queridos fieles de la diócesis de Cádiz y Ceuta:
 
Celebramos el Día de la Iglesia Diocesana. Es una jornada para despertar en todos nosotros la conciencia de que formamos parte de nuestra diócesis de Cádiz y Ceuta, y de que tenemos que colaborar con nuestra ayuda personal y económica para que pueda cumplir su misión en la Iglesia y en la sociedad.
 
Esta misión se hace aún más urgente cuando la sociedad sufre. Nosotros nos sentimos parte de esta sociedad como Iglesia, como hermanos de todos. Nuestra misión al servicio del hombre consiste en darles lo mejor que tenemos: a Cristo resucitado. Y con Él todo ese torrente de fuerza y esperanza que tanto necesitan nuestros compañeros de camino."La Iglesia es experta en humanidad" como decía el beato Juan XXIII al comenzar el Concilio Vaticano II, del que este año conmemoramos su cincuenta aniversario. En aquel extraordinario concilio la Iglesia recibió un encargo del Espíritu Santo, que expresó con estas palabras:
 
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la Buena Nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria con el género humano y de su historia. (GS, n.1)
 
El esfuerzo que están realizando nuestras comunidades parroquiales, religiosos y religiosas, ONGs de cristianos y, muy especialmente Cáritas, es patente a la vista de todos. Además de esta ayuda más inmediata, nuestra Iglesia diocesana está comprometida en esa otra misión aún más necesaria: la urgencia de educar. La experiencia bimilenaria de la Iglesia es que de esta nueva manera de entender la vida viene el progreso, también económico y social. Porque solamente creceremos si lo hacemos juntos. La Iglesia diocesana, que somos todos, no es solo dispensadora de ayudas, sino motor de esperanza y maestra de desarrollo verdaderamente humano, no solo sostenible, sino sostenido sobre la dignidad de cada persona.
 
Son muchas las instituciones de caridad, educación y promoción social que se sustentan con vuestras aportaciones personales, aún más en estos tiempos en que las administraciones públicas tienen muy disminuidas sus capacidades económicas. Todas las parroquias son como una red capilar de comunidades que extienden este poderoso ejercicio de caridad. Por eso os animo y os urjo a expresar vuestra fe, eclesialidad y caridad con vuestra ayuda económica, al tiempo que doy gracias a Dios por vuestra generosidad, que se está convirtiendo en un testimonio patente de fe en nuestra sociedad.
 
Ayuda a tu parroquia, ganamos todos.
 
Con mi afecto y bendición.
 
Rafael Zornoza Boy, Obispo de Cádiz y Ceuta